Águila Arpía Considerada como el ave nacional de Panamá desde hace mucho tiempo, el águila harpía simbolizaba el orgullo y la fuerza para los habitantes del Istmo en la época precolombina.
Sin embargo, no fue sino hasta el 12 de marzo de 2002, cuando la Asamblea Legislativa aprobó el proyecto de ley 80 que declara al águila harpía como ave nacional.
Esta ley establece que la persona que capture, trafique, cause daño o la muerte a esta imponente ave, sus crías, huevos y nidos, será sancionada con multa de cinco mil balboas.
La ley se logró gracias a la iniciativa del Patronato Amigos del Aguila Harpía, quien presentó el proyecto ante la oficina de participación ciudadana de la asamblea.
Para el director ejecutivo de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ANCON), Líder Sucre, la formalización del águila harpía como ave nacional es un logro importante, porque se trata de una especie sumamente amenazada.
Agregó que en Panamá existen alrededor de cien harpías, las cuales necesitan enormes extensiones de terreno para subsistir, mientras que las personas las matan porque (por ejemplo) se comen sus gallinas.
Características
El nombre de “harpía” deriva de la palabra griega “harpe” que según la mitología representaba al ave de presa con afiladas garras, rostro de mujer y cuerpo de zopilote.
Es llamada comúnmente águila real, águila monera y “sulubag” en lengua kuna, pero su nombre científico es harpia harpyja.
Los adultos poseen una cresta negra, pico negro, cabeza y cuello gris, pecho negro, abdomen blanco, muslo con barras negras, cola con tres franjas blancas intercaladas con franjas negras y patas amarillas.
La hembra es mas grande que el macho y sobrepasa (1.08 m.) y puede pesar 18 libras, mientras que el macho no llega al metro y pesa 11 libras.
La hembra pone de uno a dos huevos, pero solo uno sobrevive.
Tiene el ciclo reproductivo más largo para un ave y puede llegar a vivir 40 años.
Se alimenta principalmente de mamíferos como los perezosos, monos, aves, zarigüeyas y puerco espines, entre otros.
Sin embargo, no fue sino hasta el 12 de marzo de 2002, cuando la Asamblea Legislativa aprobó el proyecto de ley 80 que declara al águila harpía como ave nacional.
Esta ley establece que la persona que capture, trafique, cause daño o la muerte a esta imponente ave, sus crías, huevos y nidos, será sancionada con multa de cinco mil balboas.
La ley se logró gracias a la iniciativa del Patronato Amigos del Aguila Harpía, quien presentó el proyecto ante la oficina de participación ciudadana de la asamblea.
Para el director ejecutivo de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ANCON), Líder Sucre, la formalización del águila harpía como ave nacional es un logro importante, porque se trata de una especie sumamente amenazada.
Agregó que en Panamá existen alrededor de cien harpías, las cuales necesitan enormes extensiones de terreno para subsistir, mientras que las personas las matan porque (por ejemplo) se comen sus gallinas.
Características
El nombre de “harpía” deriva de la palabra griega “harpe” que según la mitología representaba al ave de presa con afiladas garras, rostro de mujer y cuerpo de zopilote.
Es llamada comúnmente águila real, águila monera y “sulubag” en lengua kuna, pero su nombre científico es harpia harpyja.
Los adultos poseen una cresta negra, pico negro, cabeza y cuello gris, pecho negro, abdomen blanco, muslo con barras negras, cola con tres franjas blancas intercaladas con franjas negras y patas amarillas.
La hembra es mas grande que el macho y sobrepasa (1.08 m.) y puede pesar 18 libras, mientras que el macho no llega al metro y pesa 11 libras.
La hembra pone de uno a dos huevos, pero solo uno sobrevive.
Tiene el ciclo reproductivo más largo para un ave y puede llegar a vivir 40 años.
Se alimenta principalmente de mamíferos como los perezosos, monos, aves, zarigüeyas y puerco espines, entre otros.
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